El decano de medicina de la UACA dice: “las vacunas salvan vidas”, una Dra. Leandra Abarca dice exactamente lo mismo. Para que salven vidas es preciso que se demuestre que esas vidas están en peligro. No es el caso de todos los niños de Costa Rica, ni siquiera de la mayoría. No han fallecido más que 37 menores de 18 años en dos años y medio de pandemia, la mayor parte con COVID y no por COVID, pues tenían factores de riesgo y enfermedades asociadas.
En 2021 hubo 197 muertes violentas en ese grupo etario, por homicidios y suicidios fallecieron más menores que por el bicho. Además, repetir que las vacunas salvan vidas causa una confusión. Un antibiótico destruye directamente una bacteria. Una vacuna no hace eso con un virus. Para que funcione, el sistema inmune debe estar en muy buen estado, pues son nuestros anticuerpos y nuestros linfocitos los que destruyen al virus, no la sustancia, que debe desaparecer pues no tenemos por qué andar con un virus atenuado, fragmentos de él o un ARNm que nos ponga a fabricar spike.
Si no produzco linfocitos, anticuerpos o son de muy mala calidad (Aglutinantes), por más vacunas que me ponga puedo morir. Siempre será el sistema inmune el que nos salve, no la v. o no solamente ella. Un ejemplo nos ayuda. Supongamos que un sicario al que no conocemos nos amenaza de muerte. Un grupo de policías rodea mi casa y cuando intenta atacar el sicario, la policía le dispara y lo mata. Me salvaron la vida como lo haría un antibiótico. En cambio, una vacuna me da una foto del sicario y me entrena para enfrentarme con él. Pero debo ser yo quien lo elimine.
Si no tengo revólver ni balas (anticuerpos y linfocitos) sea por edad o por ser inmunodeprimido, seré asesinado de todos modos. Las sustancias de ARNm son todavía peores, porque no me dan la foto del sicario completo, sino solo de una parte de él (la spike) para que lo reconozca. Algo así como si el asesino fuera un conocido director de un noticiero, de cejas prominentes, y me dijeran que lo reconociera por las cejas. Me mandan el muñeco Chiricuto o un par de gusanos y los mataré.
Si no tengo revólver ni balas (anticuerpos y linfocitos) sea por edad o por ser inmunodeprimido, seré asesinado de todos modos. Las sustancias de ARNm son todavía peores, porque no me dan la foto del sicario completo, sino solo de una parte de él (la spike) para que lo reconozca. Algo así como si el asesino fuera un conocido director de un noticiero, de cejas prominentes, y me dijeran que lo reconociera por las cejas. Me mandan el muñeco Chiricuto o un par de gusanos y los mataré.
Luis Solórzano Sojo
Compartir artículo en:
Artículos Relacionados
Respuesta del gobierno a la CIDH sobre obligatoriedad
Sobre la ausencia de consentimiento informado
Incoherencias en datos de hospitalización
Paradojas de los derechos humanos
Revistas y prensa anticientíficas
Antes y después de las dosis
Números interesantes en Estados Unidos y Costa Rica
Axiología y valor de la vida
Humanidad esclavizada
De lo falsable, lo verificable y lo demostrable