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Agustín Laje y César Vidal

Hace unos años vi un video en que César Vidal difería de Agustín Laje en algunos aspectos. Para Laje, los movimientos progre actuales provienen de una nueva izquierda que intenta apoderarse de la cultura. Para Vidal provienen de un capitalismo globalizador. Creo que el segundo tiene razón. Los globalistas vieron el éxito que habían tenido los comunistas en los 70 y 80 al infiltrar las universidades. Recuerdo un amigo que una vez estaba leyendo en la UCR un libro de Solzhenitzyn. Lo escondió porque era mirado como un monstruo por todos los que pasaban.

Cualquier crítica a la URSS, aunque fuera cierta, era vista como mentiras pagadas por los odiados imperialistas que se habían robado las riquezas latinoamericanas. No importaba lo que se hacía sino quién lo hacía. Un acto terrorista de grupos izquierdistas era justificado y oficialmente los sandinistas eran idealistas honrados. Dichosamente, no hubo argumentos ante la caída de la URSS y el muro de Berlín.

Desde entonces, los globalistas vieron el filón de oro que eran las universidades. Las financiaron e infiltraron. Los candidatos que debían ganar las elecciones en cada país debían ser progres con apariencia de mentalidad abierta, inclusiva, amantes de los derechos de gays y mujeres, sobre todo intelectualoides que creyeran que la historia camina hacia una igualdad cultural, como lo hicieron los marxistas con respecto a la igualdad económica.

Si las fichas del ajedrez globalista cumplían esas condiciones y tenían simpatías entre los universitarios, el camino estaba andado. Cualquier cosa que hicieran, incluso vender el país a las transnacionales farmacéuticas, sería bien mirado como era bien mirado en los 70 cualquier acto terrorista cometido por un revolucionario.

Increíblemente, en los 70 hubo protestas masivas contra Alcoa por explotar el aluminio de aquí. Las farmacéuticas se han llevado millones y millones de dólares de este país y eso está bien, porque los negocios los hicieron progres que deben ser buena gente. Esos progres, como Trudeau y Alvarado, han atropellado como nadie los derechos humanos de trabajadores, niños, mujeres embarazadas, etc. pero los universitarios no protestan.

Después de todo, son los derechos de fundamentalistas que no están con la ciencia y eso no importa. De nuevo el universitario adoctrinado que no observa los actos mismos, sino quién los comete y contra quién. Si es un progre deben ser buenos. Me imagino lo que pensarían si las compras de vacunas las hubieran hecho personas antiaborto como Agustín Laje. Entonces sí revisarían con lupa los contratos y estarían del lado de los atropellados por esos “cavernarios”.

Luis Solórzano Sojo

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