Me pasan esta información de Amelia Rueda. El titular es que la tasa de mortalidad fue cinco veces mayor en pacientes sin vacuna. La información que da es: 1136 muertos de enero a mayo: 231 sin ninguna dosis, 608 con dos y 253 con tres. Ya las cosas empiezan mal cuando los números no dan: 231 + 608 + 253 da 1092, faltan 44 decesos para llegar a 1136, que no sabemos dónde están.
Al 30 de mayo había casi 357000 personas mayores de cinco años sin vacunar, de las que murieron 231. Eso significa 231 entre 3,57, pues calculan por cada 100000, da 64,7 muertes entre los no vacunados por cada 100000. Tasa de letalidad de apenas 0,06. Realmente baja. Si eso es una radiografía de cómo estaríamos enfrentando la pandemia sin vacunas el 99,94% de las personas sobreviviría. Es esperable que si afrontamos una enfermedad mortal, fallezca gente que carece de inoculación.
Es muy distinto el caso de los 608 que fallecieron con dos dosis, pues eso significa que estas no produjeron ningún tipo de anticuerpos que detuvieran la enfermedad. Es un verdadero fracaso de la sustancia al igual que en el caso de los 253 con tres dosis. Habría que investigar si había deficiencias en el sistema inmune, factores de riesgo… lo que sea, la sustancia no significó diferencia entre la vida y la muerte. Una cosa es, para cualquier persona y sus parientes, morir porque decidió enfrentarse sin medicamentos a algo y otra muy distinta fallecer a pesar de tres dosis.
Veamos finalmente unos números que no me convencen: 4154000 personas tenían dos dosis según Romero, el 80,5% del país mientras que 2328500 tienen tres dosis (41,8%). Sumemos los de dos dosis, más los de tres, más los sin dosis, 6839500 personas. No se ha tomado en cuenta a los menores de cinco años, los de una dosis ni los de cuatro, que pueden sumar más de 300000. El resultado es que andamos en 7,1 millones de costarricenses, cuando hay solo 5,1 millones. Dos millones salieron de la nada, ya vemos quiénes le hacían los cálculos a Daniel Salas, cuando salían acumulados de la nada. Sumemos porcentajes: 80,5 con dos dosis, 41,8 con tres y 6,9 sin dosis, da 129,2%, lo que es imposible, debió sumar 100% el estudio.
Por supuesto, si divido 253 muertos entre 23,2 que es el número de centenas de miles de personas con tres dosis, me da que murieron 10,9 u 11 por cada 100000; el problema está en los de dos dosis, que no pueden ser jamás 4154000 sino mucho menos. Tienen que ser 3,5 millones para que dé 35 muertos por cada 100000 como dice el gráfico. El problema es que aun aceptando eso, tendríamos que sumar a 3,5 millones con dos dosis, 2,3 millones con tres dosis, más 357000 no vacunados, lo que nos da 6150000 personas, un millón más que toda la población del país y todavía faltarían los menores de cinco años y los de cuatro dosis.
En conclusión, los números no están bien y el titular es totalmente engañoso. Si de 357000 no vacunados solo fallecieron 231 el virus no es tan mortal, y si murieron 861 con dos o tres dosis, la sustancia no es tan perfecta. Lo malo es que estos estudios convencen a nuestra ministra de Salud y en la próxima conferencia o ante la prensa dirá que los no vacunados tienen cinco veces más posibilidades de morir que los vacunados. Observe el truco y la clara falacia de énfasis. El gráfico muestra cinco veces más muertos por 100000 en los de cero dosis frente a los de tres, pero jamás frente a los de dos. Estos y los de tres, sumados, dan 47,3, una cifra muy cercana a los 64 no vacunados.
Luis Solórzano Sojo
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