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Mi labor durante esta pandemia

He escrito incontables artículos desde el 2020 sobre este tema. He juzgado los números, lo que dicen los “expertos”, etc. Nadie ha refutado mis aseveraciones. Se contentan con decir que no soy epidemiólogo, médico, virólogo o biólogo. Soy profesor de lógica, filosofía y ciencia. También he sido editor de muchos libros. Eso significa que sé analizar las incongruencias y falta de explicación de cualquier autor en cualquier campo. Y eso he hecho. Me he dado cuenta de que los “expertos” se han caracterizado por sus incongruencias y por demostrar vastas lagunas de conocimiento.

Tomemos el caso de los asintomáticos, personas sin síntomas que supuestamente transmiten el virus. Esa gente no requeriría ser vacunada porque nadie se inocula para impedir enfermarse de algo que no lo enferma. En España se aceptó que el virus no está aislado ni saben de ningún laboratorio que lo tenga aislado. No obstante, con base en unas PCR dudosas se diagnostica a alguien como asintomático o enfermo por nexo y se le aísla.

Los asintomáticos se inventaron para explicar lo que no podían explicar: cómo se transmite el virus. Lo lógico era que me lo transmitiera alguien que me tosiera o estornudara encima, alguien que sacara de lo profundo de su nariz o garganta ese virus que las pcr buscan ahí. Pero casi nadie se ha contagiado así, por eso inventaron que gente portadora, con solo hablar, lo transmite, o con solo tocar un objeto, lo que significaría que tienen el virus tan a flor de piel que sería fácil hallarlo sin necesidad de hisopado, pero no lo han hallado ni lo han aislado. Para contagiarme sería preciso que alguien sacara el virus de su nariz o garganta y lo hiciera llegar a mis mucosas nasales o en faringe. Es que se supone que solo ahí hay células con la enzima ECA2 donde el virus puede reproducirse. No bastaría que me lo pegaran en la piel porque allí no se reproduce ni tiene patas para llegar a mis mucosas y adherirse a ellas.

O sea, tiene que ser una transmisión entre las mucosas de un infectado y de un sano. No puede ser entre la piel de un infectado, porque allí no se reproduce el virus y no habría suficiente carga viral, y la piel de un sano, por las mismas razones. Obviamente, si es algo que se transmite por el aire y la saliva, no existe vacuna capaz de reducir el contagio, porque lo que se hace es crear anticuerpos en sangre que supuestamente neutralizarán el virus cuando llegue a la sangre, no a la saliva. Por tanto, se supone que bastaría estar lejos de los contagiados mientras tengan el virus completo, incubado, para no contagiarme. Y eso dura como seis o siete días nada más. Pero nada, tenemos casi 1,2 millones de contagiados son en Costa Rica, gente que seguro se escupió una a la otra.

Luis Solórzano

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