El debate científico es imposible cuando una parte se defiende solo con falacias. En una página alguien pone esto en contra de la obligatoriedad:” no es responsabilidad de los no vacunados proteger a los vacunados, eso debería ser el trabajo de las pócimas”, lo que es totalmente cierto. Respuesta de un partidario de la obligatoriedad y defensor de Eugenia Corrales: “con todo respeto pensé que era imposible que en tan pocas palabras se pudiera resumir el egoísmo humano y la ignorancia en cuanto al funcionamiento de las vacunas. Pero está demostrado que es posible.
Eso perfectamente pudiera estar en latín y en un texto medieval”. Y otro defensor de los pinchazos agrega: “Con un mínimo de esfuerzo y honesto espíritu crítico se daría cuenta de que sus argumentos simplemente no se sustentan en hechos. Por otro lado, me queda claro el déficit enorme en la educación en ciencias. Los hechos científicos no son debatibles, son demostrables o no. No son sujetos a una supuesta libertad de expresión. Que alguien diga que la tierra es plana o que las vacunas no funcionan, es una aseveración que no sólo no tiene fundamento en hechos, sino que puede, en el caso de esta última, atentar con el esfuerzo del sistema de salud de proteger a los más vulnerables”.
Me asombra la ignorancia y falta de capacidad para argumentar de estos dos universitarios defensores de los pinchazos. El primero ataca con dos falacias: primero un ad hominem: usted es egoísta e ignorante, y remata con una falacia ad novitatem, lo antiguo o medieval es malo, pero no argumenta sobre la cuestión principal. El otro dice “sus argumentos no se sustentan en hechos”, cuando es precisamente donde se sustentan, ya que, si un no inoculado contagia a un inoculado y este muere, no es culpa del primero, sino que el hecho demostrado es que la sustancia no sirvió. “Los hechos científicos no son debatibles”, continúa, como si alguien no pudiera debatir la materia oscura, la energía del vacío o la naturaleza de la gravedad o el big bang.
La ciencia progresa mediante el debate y para eso es preciso no una supuesta, sino una real libertad de expresión. Los hechos científicos no son demostrables, los demostrables son los teoremas matemáticos. Los hechos científicos son verificables y falsables. La manera de verificar si una sustancia que dice prevenir el contagio o la hospitalización cumple con sus promesas es exponer a las personas al contagio, así ha sido siempre. Lo del terraplanismo es una falacia de ignorancia de la cuestión, nada tiene que ver con la discusión original, y lo de que decir que las vacunas no funcionan atenta contra el sistema de salud que protege a los más vulnerables es una falacia ad misericordiam, los más vulnerables podrían sufrir por lo que usted dice, así que no lo diga.
Ninguno de estos dos personajes explicó lo que tenía que explicar, por qué un no pinchado pone en peligro a los pinchados, nada más trataron de desautorizar a la otra persona diciendo que ellos tienen unos conocimientos científicos de los que carecen por completo.
Luis Solórzano
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