Cada vez que se decide algo contra la obligatoriedad, los medios de desinformación corren a entrevistar a los mismos personajes, quienes responden siempre las mismas ridiculeces. Ayer leí que el epidemiólogo Romero afirmó que al suspender la obligatoriedad en menores “se deja desprotegida a una población vulnerable”. Ya Corrales y Marín Müller han aceptado que la sustancia no evita contagios, solo enfermedad grave. Esto quiere decir que podemos medir qué tan vulnerable es una población con solo ver su tasa de hospitalización.
Tomo tres días de “pandemia”, uno claramente anterior a los inóculos, el 1 de marzo del 2021, cuando solo unos pocos adultos mayores empezaban a ser pinchados, y dos de la era Salas, cuando ya había muchos pinchados, excepto menores de 12 años. Primero de marzo del 2021: 20423 activos, de ellos, 1800 menores; 253 hospitalizados, solo dos menores. Tasa de hospitalización general: 1,23 y en menores 0,01, 99,99% de ellos está libre de hospitalización. No parece una población vulnerable a pesar de que carece de pinchazos. 28 de setiembre de 2021, 95376 activos, cien veces más que China que tenía 913 ese día, 13776 de ellos son menores. 1359 hospitalizados, 25 de ellos son menores.
Salas debió explicar cómo seis meses de vacunas trajeron como consecuencia 4,67 veces más activos. Tasa de hospitalización general: 1,42 y en menores 0,018, ambas subieron con respecto a cuando no había pinchazos, eso también debería explicarlo, Finalmente, 15 de febrero del 2022, 165746 activos, el país debió estar paralizado con semejante porcentaje de población con orden sanitaria, recluidos todos en sus casas; en menores, 0,19. 1018 hospitalizados, de ellos 36 menores; tasa de hospitalización general: 0,61, en menores.
Antes y después de las vacunas, del 99,8% al 99,9% de los menores ha estado libre de enfermedad grave que implique hospitalización, no es una población vulnerable como dijo Romero. Por cierto, si vemos la hospitalización general, jamás el 1,5% de los activos ha requerido ingresar a un nosocomio, 98,5% de ellos, de cualquier edad, ha resistido el virus en su casa. Y se hace obligatoria una sustancia que según Rodrigo Marín protege de la gravedad de un 85% a un 90%. Decididamente los burócratas de este país no se molestan en aplicar la aritmética para hacer enormes compras innecesarias, como el dinero no es suyo.
Luis Solórzano
Compartir artículo en:
Artículos Relacionados
Respuesta del gobierno a la CIDH sobre obligatoriedad
Sobre la ausencia de consentimiento informado
Incoherencias en datos de hospitalización
Paradojas de los derechos humanos
Revistas y prensa anticientíficas
Antes y después de las dosis
Números interesantes en Estados Unidos y Costa Rica
Axiología y valor de la vida
Humanidad esclavizada
De lo falsable, lo verificable y lo demostrable