Álvaro Ramos dio estas asombrosas declaraciones cuando recibió su cuarta dosis: “Más que las mascarillas, más que el distanciamiento, lo que a ustedes les protegerá de infectarse, lo que les protegerá de sufrir una enfermedad severa, es la vacuna. Por ser el COVID una enfermedad muy nueva, para la cual la humanidad no tenía inmunidad natural, las vacunas son las que han estado construyendo esa inmunidad poco a poco, por eso no se asuste de que debamos vacunarlos múltiples veces, hemos estado construyendo inmunidad poco a poco”. Una inexcusable ignorancia en materia de salud para un presidente de la CCSS.
Primero, el COVID es solo uno de muchos coronavirus con los que se ha enfrentado la humanidad, una buena parte de los virus del resfriado son coronavirus y a principios de siglo ya enfrentamos el SARS 1 y el MERS. Segundo, si no hubiese inmunidad natural contra el COVID, ¿Cómo explica este personaje los más de 100 millones de recuperados que había en el mundo antes de las vacunas y las supuestas decenas de millones de asintomáticos, esos tipos que repartían el virus en todas partes porque no les causaba ni cosquillas? ¿No era eso inmunidad natural? Tercero, negar la inmunidad natural en los niños es una tontería. Solo el 0,15% de los menores registrados como contagiados han requerido hospitalización y solo un 0,03% ha fallecido. El 99,99% de este grupo etario supera el COVID fácilmente.
Imaginemos que carecieran de inmunidad natural y que hubiese sido necesario construirla mediante vacunas. Sin vacunas, los 111000 contagiados que hubo hasta el 30 de mayo habrían sido hospitalizados o habrían fallecido. Con vacunas que apenas “protegen” en un 90%, el 10%, o sea, 11100 habrían estado en UCI o muerto. Por eso cuando escucho declaraciones como esas, que no son censuradas por los verificadores de FB a pesar de su patente falsedad y son aplaudidas por una prensa rastrera, me digo que la ignorancia o la mala intención campean en el mundo entero.
CRhoy pretende asustarnos con que el 80% de los niños internados por COVID no estaban vacunados. El 99,85% de los menores del país no estaban vacunados, se contagiaron y resistieron el virus fácilmente de marzo del 2020 a mayo del 2022, pero eso no es noticia para estos desinformadores. Este pasquín se basa en las declaraciones de María Luisa Ávila. Hubo 47976 casos entre menores del 1 de enero al 30 de mayo del 2022. Durante ese lapso, Ávila anuncia 311 hospitalizaciones, 45 de ellas en UCI y dos fallecimientos. Uno de cada 1066 contagiados requirió cuidados intensivos y murió uno de cada 23988.
Según los mismos números de CRhoy, el 20% de los hospitalizados estaba vacunado. Eso significa una protección del 80%. Se deduce que, si no hubiese inmunidad natural, aunque esos 47976 estuviesen inoculados, el 20% de ellos habría ido a parar al Hospital de Niños, o sea, 9595, casi 31 veces más que los 311 hospitalizados de Ávila.
Las cifras de CRhoy son exactamente las mismas que usó Daniel Salas para asustar en octubre del 2021 y firmar el decreto de obligatoriedad: ocho de cada diez en UCI son no vacunados, afirmó. El truco consiste en hacer creer que los hospitalizados son representativos de toda la población, no algo excepcional. Que al igual que ellos, podríamos estar hospitalizados nosotros, nuestros hijos o nietos. Es completamente falso. A lo largo de toda la pandemia solo el 1% de todos los activos requería hospitalización, generalmente por factores de edad o enfermedades asociadas.
En el caso de los niños, puede tratarse de deficiencias en la IgA, que según la Clínica Mayo afecta a uno de cada 600, otros factores de riesgo o una mala atención temprana. Nada que justifique inocular a 1,4 millones de menores por 311 hospitalizados y dos fallecidos en cinco meses.
Para finalizar, Álvaro Ramos dice que para el COVID no teníamos inmunidad natural por ser muy nuevo, no lo conocíamos. Me pregunto cuántas dosis requerirá él para conocerlo, va por cuatro y todavía no lo ha hecho. Además, si no conocíamos el COVID por ser nuevo, también nueva es la técnica de ARNm y la espiga del virus que produce es completamente extraña al organismo. ¿Por qué piensa que el sistema inmune sí reconocerá la proteína espiga y producirá anticuerpos contra ella y no lo hace contra el virus?
Luis Solórzano
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