Home » ¿Volvimos al mito de los asintomáticos?

¿Volvimos al mito de los asintomáticos?

En el video en que el presidente explica el retorno al uso de mascarillas en buses y escuelas, aduce que esto nada tiene que ver con el COVID-19 sino con otro virus infantil que está afectando a menores de dos años y ya ha causado diez decesos en niños. Dice que el objetivo es que los adultos que viajan en buses no lleven el patógeno a sus hijos o nietos ni los escolares a sus hermanitos menores. Lo primero que se me vino a la cabeza es esa generalización tan extraña, todos debemos usar mascarilla para no transmitir el virus a niños pequeños, aunque jamás tengamos contacto con esos niños. Mis hijos son adultos y no tengo nietos. No podría contagiar a nadie porque ni siquiera conozco a alguien que tenga hijos pequeños, todas mis amistades son gente mayor, como yo. Infinidad de escolares carecen de hermanos menores a los cuales llevarles el virus.

Una segunda reflexión me lleva al hecho de que volvimos al mito de los asintomáticos que significó encierros, restricciones vehiculares y uso de mascarillas. Se creía que toda persona era portadora del virus y por eso no debíamos saludar de mano, beso o abrazo y mantenernos en una burbuja. Los ensayos clínicos de las farmacéuticas y la inoculación obligatoria destrozaron ese mito. De 44000 voluntarios en los ensayos de Pfizer solo se anunciaron 170 contagiados, el 0,38%. Se contagió una de cada 259 personas. Si los asintomáticos hubiesen estado tan extendidos, el número de contagios habría sido mucho mayor. Además, ¿para qué requiere un asintomático la sustancia si la enfermedad ni siquiera le da síntomas? Si los asintomáticos existieran, la obligatoriedad para ellos sale sobrando.

Con el COVID-19 escuché por primera vez que había asintomáticos que transmitían la enfermedad sin darse cuenta. Jamás oí hablar de una viruela asintomática, ni siquiera de una gripe asintomática, que la padecían y transmitían personas sin toser, estornudar o tener fiebre y dolor de cuerpo. Ahora resulta que niños sanos en las escuelas y adultos sanos en los buses pueden portar un virus sincitial respiratorio, que se conoce desde hace décadas y que, según la descripción de una página médica:

Es una enfermedad viral común. Por lo general, causa síntomas leves parecidos al resfriado. Pero puede provocar infecciones pulmonares graves, especialmente en bebés, adultos mayores y gente con problemas médicos serios

Si por cada resfriado tenemos que volver a las mascarillas porque hay miles de asintomáticos que pueden estar resfriados sin estornudar ni toser, apague y vámonos. Hablando de mitos, esta pandemia estuvo llena de ellos. De la leyenda de los asintomáticos pasamos a la de los vacunados que se convertían en asintomáticos porque sus síntomas eran muy leves, pero no contagiaban por alguna magia incomprensible. Antes de las vacunas, los asintomáticos eran peligrosos portadores que llevaban el virus a todas partes sin sufrir la enfermedad. Con la llegada de las inoculaciones, los asintomáticos desaparecieron. Toda persona debía vacunarse, porque cualquier efecto adverso era preferible a una UCI. No se volvió a hablar de ellos porque habría que explicar por qué tenían que vacunarse contra una dolencia tan leve.

Ahora los vacunados iban a padecer síntomas muy leves, estaban libres de la hospitalización y la muerte. Pues bien, un vacunado con síntomas leves, indistinguibles de los de un resfriado, probablemente no se guardaría en su casa y extendería el virus por todas partes. En cambio, un no vacunado con síntomas fuertes se guardaría en su casa o sería hospitalizado. Era obvio que el vacunado volvía a ser algo muy parecido al antiguo asintomático que llevaba el virus a todas partes. Pero era mejor no profundizar en eso y propagar el mito de que el vacunado no contagiaba a nadie –aunque un objeto inanimado sí podía hacerlo- y el no vacunado era una fábrica de coronavirus. Si lo fuera se le aislaría, hospitalizaría y no contagiaría a nadie.

Luis Solórzano Sojo

Compartir artículo en:

error: Si desea compartir la información, puede compartir el enlace del artículo...