El gobierno de Estados Unidos financió a Pfizer y Moderna, compañías que se llevan todo el dinero del tercer mundo y a los progres no les importa, solo acabar con el patriarcado. Vaya agenda más reducida y pobre. Por cierto, la izquierda de los años 70 y 80 denunciaba los intentos por reducir la población latinoamericana mediante anticoncepción y aborto como un “insulto a la inteligencia” (Eduardo Galeano), pues era parte de un plan para matar a los futuros guerrilleros en el útero y no en las montañas. Entonces los izquierdistas querían que hubiese mucha población tercermundista para enfrentarse con el imperio.
Ahora la agenda progre es indistinguible del informe Kissinger y sus planes para controlar el crecimiento de la población mundial. Cito este pasaje revelador: “El Informe Kissinger (NSSM 200) es un estudio secreto que aborda el tema de la sobrepoblación mundial como un problema de seguridad nacional de los Estados Unidos. Entre sus múltiples aspectos señala los países en los cuales se debe intervenir para controlar la natalidad y qué métodos se deben aplicar. Lo particular es que hace especial énfasis en la mujer, lo que coincide con la tesis que propone actualmente la Ideología de Género promovida desde organizaciones internacionales como la ONU, UNICEF, CEDAW, IPPF, entre otras, dando cumplimiento literal a lo propuesto en el Informe Kissinger que se suponía ya no sería aplicado”.
El marxismo jamás fue nacionalista, su lema fue proletarios de todo el mundo uníos. Pero durante la guerra fría, la URSS comprendió que la descolonización y los movimientos nacionalistas que recuperaran las riquezas de sus respectivos países eran un arma idónea para minar a los estadounidenses. Que Chile nacionalizara su cobre, por ejemplo. Una enorme población en el Tercer Mundo que reclamara sus recursos naturales era una pesadilla para las potencias capitalistas, por tanto, el Departamento de Estado optó por políticas de control de natalidad en lugares en que no eran necesarias. Hoy izquierda y derecha están de acuerdo en reducir la población mundial, no hay diferencia entre ellas, ya esos términos deberían desaparecer del vocabulario político.
Luis Solórzano
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