Las pediatras que todos conocemos, más interesadas en la imposición de sustancias que, en la salud de los niños, nos dicen que es un mito que los menores no requieren las vacunas pediátricas anticovid, que hubo ocho muertes en el Hospital Nacional de Niños que se hubiesen evitado con las dosis. Pedimos un detalle de los fallecimientos y el resultado es este cuadro: Tres tenían cardiopatías congénitas, uno tenía una leucemia linfocítica, que afecta las principales defensas del organismo: los linfocitos, y otro tenía una neumopatía, o sea, los pulmones no estaban bien.
En sus contraindicaciones, Pfizer dice claramente que, si se ha tenido pericarditis, miocarditis o se padece una enfermedad autoinmune, debe consultar a su proveedor de salud antes de inocularse. Es obvio, para que la vacuna funcione el sistema inmune debe estar bien, producir los linfocitos necesarios y sanos. Igualmente, como se pueden producir miocarditis y pericarditis, alguien que ya tiene cardiopatías tiene un riesgo enorme. Sería como dar un medicamento que afecta el estómago a alguien que tiene úlcera. A esos niños no los habría salvado la sustancia como sostienen las pediatras, pues estaba contraindicada para ellos. No son buenos argumentos para hacer obligatorios los pinchazos en un millón de niños sanos.
Luis Solórzano
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