El 12 de septiembre del 2023 se le solicitó a la Caja Costarricense de Seguro Social las estadísticas mensuales desde el inicio del 2023 a la actualidad, de las personas contagiadas por COVID-19 y los fallecidos por COVID vacunados y no vacunados y esta fue la respuesta obtenida:
En atención a su solicitud se remite en archivo adjunto información sobre los Personas hospitalizadas y defunciones por COVID-19, suministrada por el Área de Estadística en Salud de la CCSS, la cual, además indica:
“Es importante aclarar que se incluye también un cuadro con la tasa de hospitalización de personas vacunadas y no vacunadas, esto ya que se observa a nivel absoluto que las hospitalizaciones de las personas vacunadas son mayores a las no vacunadas, pero cuando se relaciona con la población vacunada a nivel general se observa que el riesgo de hospitalizarse es mayor en los no vacunados”.
El siguiente texto es un análisis que realiza Luis Solórzano, ciudadano que ha estado analizando las estadísticas desde el inicio de la supuesta pandemia del COVID-19.
Una eficacia de milésimos
Estos números nos dan la verdadera medida de la “eficacia” de las vacunas, apenas unos milésimos, y el tamaño de la estafa que fue adquirirlas. Es el eterno chiste que han sostenido el epidemiólogo de la Universidad Nacional (UNA), Juan José Romero, los miembros de la Comisión Nacional de Vacunación y Epidemiologia (CNVE) y todos los demás defensores de la inoculación: medir los casos por cada 100000.
Me imagino lo que habría pasado si Louis Pasteur o Edward Jenner tuvieran, en sus vacunas contra la rabia o la viruela, en un año, un 14,6% de personas fallecidas sin vacunar contra un 85,3% de vacunadas. Las inoculaciones habrían sido desechadas y de nada valdría que estos científicos acudieran a medir casos por cada 100000.
Igual pasa con los hospitalizados, el 79% está inoculado y solo el 21% sin vacunas. Nunca la CCSS, el Colegio de médicos y cuanto bombeta se hace pasar por experto han defendido con tanto tesón una vacuna que ha probado no ser efectiva. Parecen no entender que, si no me vacuno, lo estoy apostando todo a mi sistema inmune y puede fallar, es obvio que puedo terminar en el hospital o el cementerio.
Pero que 1730 personas tengan esquema completo y, sin embargo, sean hospitalizadas y que de ellas 153 mueran es inaudito. Y que 679 lo tengan incompleto y ni siquiera pudieron completar el esquema porque fueron a parar al hospital es tremendo y muestra que no hay protección desde la primera dosis, como sostenían algunos. Como dijo una doctora de Cincinnati, nunca imaginé que esta vacuna fuera tan mala. Solo imaginemos que eso pasara con las dosis contra sarampión, polio, tos ferina, etc.
Parecen no darse cuenta de que 307 hospitalizados de 163444 no vacunados indica una tasa de hospitalización de apenas 0,18, el 99,82% de los no vacunados y que no ha requerido cuidados hospitalarios, y que 33 decesos en el mismo número de no inoculados da una tasa de letalidad de 0,02, el 99,98% ha sobrevivido. La tasa de hospitalización entre vacunados es de 0,06 y la de letalidad es de 0,005. Las diferencias son de apenas 0,12 en tasa de hospitalización y 0,015 en letalidad en favor de los vacunados por cada 100000. ¿No es que había una protección del 95%? La diferencia entre un grupo y otro, en números absolutos o por cada 100000 debió ser abismal, no de unos pocos milésimos que no justifican nunca la inversión multimillonaria que se ha hecho en estas vacunas.
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Excelente análisis Luis