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Parlamento Europeo y Vacunas

Como una bomba cayó sobre el Parlamento Europeo el que una ejecutiva de Pfizer admitiera en ese recinto que nunca hubo experimentos que demostraran que la vacuna impedía la transmisión del virus. Releo esta noticia publicada por Repretel el 3 de mayo del 2021 y esto debería asustarlos mucho más:

Estudio concluye que el COVID-19 es una enfermedad vascular y no respiratoria

Según Uri Manor, autor del estudio, estos resultados podrían explicar por qué algunos pacientes tienen accidentes cerebrovasculares. Debido a que algunos de los pacientes más graves que se han contagiado con coronavirus tienen dificultad para respirar, al punto de que necesitan ventilación mecánica, muchos piensan que se está frente a una enfermedad respiratoria. Sin embargo, un reciente estudio publicado en la revista científica “Circulation Research” concluyó que el COVID-19 es una enfermedad vascular y no respiratoria.

“Mucha gente piensa que se trata de una enfermedad respiratoria, pero en realidad es una enfermedad vascular”,

Uri Manor, autor del estudio e investigador del Instituto Salk en Estados Unidos.

Según explicó el investigador, esto podría explicar por qué algunas personas tienen accidentes cerebrovasculares y por qué algunas personas tienen problemas en otras partes del cuerpo.

El punto en común entre ellos es que todos tienen un trasfondo vascular”, señaló Manor

Los investigadores crearon un pseudovirus que estaba rodeado de la clásica corona de proteínas de espiga del SARS-CoV-2, pero que no contenía ningún virus real. La exposición a este pseudovirus provocó daños en los pulmones y las arterias de un modelo animal, demostrando que la proteína de la espiga por sí sola era suficiente para causar la enfermedad.

La proteína espiga dañaba las células al unirse a la ACE2. Esta unión interrumpió la señalización molecular de la ACE2 a las mitocondrias provocando que estas se dañarán y fragmentarán.

“Si se eliminan las capacidades de replicación del virus, éste sigue teniendo un efecto dañino importante en las células vasculares, simplemente en virtud de su capacidad de unirse a este receptor ACE2, el receptor de la proteína S, ahora famoso gracias al Covid-19″, señaló Manor.

Según los ensayos que se realizaron en un modelo animal, las muestras de tejido mostraron inflamación en las células endoteliales que recubren las paredes de la arteria pulmonar. Lo que dejaría en evidencia que los problemas respiratorios tienen un origen vascular”.

El año pasado unos médicos italianos decían que el COVID causaba inflamación y trombos en el sistema circulatorio y que debía tratarse con antinflamatorios. Incluso afirmaban que el nombre SARS estaba mal puesto pues no es un síndrome respiratorio agudo sino que ataca el sistema circulatorio.

Con las vacunas, se dan instrucciones a las células para que creen la proteína espiga. Entonces una vacuna de ARNm puede causar problemas vasculares, eso explica lo que ha pasado con Pfizer, Johnson y AstraZeneca. Eso implicaba que una vacuna que se pone en el torrente sanguíneo debió ser probada durante muchos años. No se podía poner ni el virus ni fracciones de este en el torrente sanguíneo.

En cuanto a que la vacuna no impide el contagio, todos lo sabíamos, no sé de qué se sorprenden. Una vacuna puesta en la sangre no puede impedir la entrada de un virus por los ojos, la nariz o la boca. Es como pedir a la vacuna antirrábica que evite que los perros me muerdan o a la antitetánica que un clavo herrumbrado no me contamine.

Luis Solórzano Sojo

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